Día 9

Día 9
Otro día de maremoto emocional. Aunque debo decir que el bajón pintó tipo a la hora del té (?)
Descargué un app, con toda la marencochada que a mí me gusta, e hice ejercicios de respiración. Obvio, mi mente tuvo sus momentos de distracción... Pero dicen que la práctica hace al maestro. Iré contando cómo marcha.
Cerca del mediodía los grupos de guasap se activaron y obvio que mandé una cadena de audios verborrágicos para hacer la catarsis con el de la gente chévere 0es3. Rían, algún día tendría que subirles algunos.

Hola, chicas. Audio. Bueno S, está entre nosotras. Viva. Sobrevivió al supermercado. Espero que tus ánimos estén bien.
Dos. Uno de mis hermanos comienza a tomar mayor consciencia. El otro está adentro, 24/7 con sus nenas. Ay, dior mío. Tres. Una de las chicas diciendo, la que vino de un país vecino muy complicado: "¡Aaay, no me aguantó estar más acá adentro encerrada!". Dale, loca. Están con las sierras de fondo, una terraza de la puta madre, sillones, televisores. Dale. Busca en tu interior. Nutrite. Algo. Concéntrate. No seas pelotuda. Están haciendo un melodrama en el grupo, que me dan ganas de trompearla y la otra que es psico diciendo "no quiero estar más encerrada. Me da pánico la sensación de encierro". ¿¡En serio. En serio!?
Cuatroo. Un caso sospechoso cerca de la ciudad donde nací. De una pelotuda que volvió de Madrid. Le pidieron que haga cuarentena y no la hizo. Anduvo por doquier. La ciudad está en pánico.
Ciiiinco. Hoy estoy bien. Siendo las 12:53, lo digo. No sé en el transcurso del día.
Pensé que era miércoles y es martes.
Nueve, ya perdí la cuenta. Anoche, en la entrada del martes, cargaron 15 documentos de la facultad. Hola, qué tal. O no te mandan nada o te mandan absolutamente todo junto. Me duelen los ovaaa, me tiene que venir.
El quilombo que se armó en el grupo (...)

Las quejas por estar encerrados siguieron. Nada les copaba. ¡Paciencia, lo anotasté en la lista!
Almorcé, tarde.
Escuché un podcast, 😍.
Caminé por el depto y tiré unos pasos.
Y de golpe, pinto el bajón. Me sentía cansada, con sueño. Sin ganas de escuchar o leer sobre la idiotez humana.
Dormí. El ruido de los vecinos me despertó.
Escribí, llené varias páginas y hubo colores.
Cuando siento que encuentro la calma, suceden cosas que provocan que casi todo se vaya al granate por un buen rato. Estos colores se pierden y volvemos a las zonas grises.
Sí, lo sé. Hay que adaptarse a los cambios.
Mañana será otro día.
Abrazos virtuales y recordemos algo: "SALDREMOS". 💜

Pd: voy a releer Sparrow.