Día 28


Una semana más que se va.
Otro domingo muy domingo, pero opté por pintar arcoíris.
Me caí de la cama, por así decirlo.
Me desvelé con el sonido de la lluvia y no pude dormirme más.
Colgué mirando los hilos sobre Luisana y Bublé y cómo hacer compost.
No sé qué pensar sobre esa situación, pero la actitud de él no estuvo para nada buena. ¡Todo muy turbio!
Y como quién dice la cosa, recordé el libro que me mandaron a leer.
¿Qué pasó? 
21:34 y aún no terminé de leerlo. Veamos, un fragmento de una verborrea pura que dije hace 12 horas.

Desayuné mate con pizza y como era tarde no almorcé.
Intenté retomar la lectura de un tirón, pero no pude.
Les conté mi dilema en la fanpage.
Preparé una torta.
Leí un poquito más.
Circulé por el depto, mientras el ridículo del vecino corría por el complejo. ¿Dije que llovió gran parte del día? ¿Quién sos? ¿Una versión venida a menos de Rocky Balboa argento? 
Volví al libro y terminé amasando tallarines (por primera vez y tienen una pinta)... ¿Derrape culinario?
Tengo el agua y la salsa lista... hambre. ¡Terminamos cenando juntas, amo!
Sigo con la lectura porque las chicas lo recomendaron, sino estaría en el baúl si te veo y tengo ganas te retomo.
Pero seguiré, ellas se ríen por mis divagues y continúan diciendo TERMINÁ EL LIBRO, NO SAQUES CONCLUSIONES.
Eso haré, y podrán leer mis pareces en el derrape colectivo que se vendrá.


RISAS, hubo muchas.
Podría decir que durante gran parte del fin de semana olvidé toda la mierda que estamos viviendo.
Escuché a mi amada yo del futuro cuando me recordaba "Yo puedo elegir en qué frecuencia estar".

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