Día 37
¡En mi mente la entrada que pensé me gusta, hay colores!
Acabo de prender el calefactor, estoy con un poquito de frío.
Me dispongo a escribir y zas, videollamada.
El día arrancó, ay... no recuerdo cómo comenzó. 🙊
Hablé con mi sobrinita P, un sol entre los soles; la amo. Armamos un par de planes y nuestra extensa charla terminó con un inmenso te extraño mucho. ¡Morí de amor!
Seguí con otra charla donde recibí un par de consejos para que las plantitas vivan un poco más.
Otra, donde me informaron sobre el paupérrimo abuso de autoridad de los agentes policiales en los controles. ¡Me cag* en Dior!
Hablé con papá y me contó un par de cositas que suceden en la city natal.
Cociné una tarta juntando las sobras y del golpe se me puso que tenía que irme al supermercado, como YA. Llega el día del período y escasez de recursos, todo por no hacer cuentas en mi última salida y porque resultó imposible comprarlos por la famosa cadena nacional que comienza con F y termina con Y. Más vueltas que yo y las calesitas mundiales. Llamé al 0800 para ver si hacían delivery y jamás atendieron, cuando intenté hacer la compra online resultó un alto fiasco. Tardaban 14 días para que pueda retirar en sucursal o si lo quería antes tenía que pagar $550. ¡Posta, postilandia!
Como pocas veces, escuché a mi inconsciente.
Terminé de almorzar y arranqué. Evitemos cualquier drama de miércoles, por favor.
Salí y sonreí.
Sentí que recuperaba mi libertad, aunque sea por una fracción de hora.
Avanzaba y pensaba en cómo cambia el paisaje, más hojas en las calles. Hola, otoño. Pocos humanos circulando, medio obvio porque fui a la hora de la siesta en un día nublado... muy inteligente, che.
Doblemente emocionado, al llegar no vi ninguna fila para ingresar. Era como si no existiera la pandemia, hasta que giré y encontré gente con barbijos, guantes y todas las benditas medidas de seguridad.

Otra vez muchos productos en modo arriba las manos, de por sí es un supermercado caro (por lo que estuve escuchando). Vi escasez en otros o límites de unidad para comprar. O directamente ni había. Ejemplo, huevos y polvo de hornear. 😭😭😭
Me dio un algo cuando no los encontré y una pseudo descompensación cuando vi los precios del shampoo y cremas de enjuague que uso; estuve a nada de llevarlos o traer otras marcas pero pensé en un plan para tener el 2x1 de Farma...y. Nada de dar demasiada publicidad, ¡ay, ella, se cree 'la' influencer!
Mamá me dijo que pagué un poco caro el coco rallado, su cara fue digna de gif.
Ah, olvidaba lo más importante. Cuando fui a pagar, la tarjeta fue rechazada dos veces. 😱😨 Pensaba en qué había gastado y menos mal que no tenía a nadie atrás porque tardamos un poquito. Resulta que el lector tenía problemitas.
La pachorra al volver; limpiar absolutamente todo y notar que aún no terminé de comprar todo (falta carnes, aseo, frutas...).
Ni idea si estamos más cerca de finalizar la cuarentena o que extiendan esto 15 días más. Lo que sí me está quedando claro, la cuarentena está arrasando con mi billetera. Pienso todo lo que habría ahorrado de estar en casa, pero a los minutos... cri, cri...
Día a día, amada yo del futuro.
2 Comentarios
No sos la única a la que asaltan cada vez que va a comprar. Imagínate que compré 3 cosas en el súper oriental, y gaste 300$, ni hablar de cuando fui al gran súper, se me fueron más de 4 lucas como nada.
ResponderBorrarPero así seguimos, ya veremos qué depara el futuro, que es insierto.
Abrazos enormes virtuales
Hooliis, ¿recordas qué cosas eran?
BorrarIr al super es un dolor de ova...
Abrazos y gracias por leer/comentar.