La cuarentena llegó a los cuarenta.
Un día que arranqué sin ganas de nada, tuve mucha fiaca para salir de la cama.
Con el correr de las horas se fue transformando en uno divertido/productivo.

Caminé mucho por el depto, no sé si fue porque quería que bajara todo de una vez (estoy con el período) o para canalizar las ganas de salir. AMBAS.
Se me cruzó por la mente tener una cinta o bicicleta fija... no lo dijeron aún, pero seguro que tenemos para un mes más. Pregunté en el grupo de estudio si alguien no alquilaría esos aparatos, me parece algo muy práctico y una manera de generar ingresos. Ninguno me contestó. ¡Siempre triunfando!
Cursé online. Una clase paupérrima, y sumo, ni se escuchaba al profesor, su audio salía entrecortado. Igual, dejó bien clarito la fecha del primer parcial.
Tenía el mate listo, archivo abierto para leer un artículo relacionado a la clase, me levanté y comencé a dar vuelta los muebles. ¿¡Dispersa.com!?
Al principio no me convencía como quedaba. No sé cuánto tiempo lo dejaré así o si volveré todo como estaba antes... pero dicen que el movimiento es bueno y siento que la energía circula. Otra vibra.
Hace una hora se publicó la reseña que mencioné en la entrada del día 39.
OJALÁ se arme un bello debate sobre la romantización que hay en muchas historias literarias sobre los abusos.
Cuando leía el borrador me dio ganas de: 1. abrir mis documentos y finalizar las tres reseñas que tengo pendientes y prometí; 2. leer algo copado.
Con Ivs tuvimos otro intercambio crítico constructivo; amo estos momentos, son de crecimiento puro. *pensando si dejo resumen*.
Contamos todo, esto también. Desde que decidimos crear el blog definimos nuestro estilo, creo que él nos hace únicas en un mundo donde hay miles haciendo lo mismo: espontaneidad y honestidad. Humilde la piba. Debemos (re) amigarnos con eso y abandonar el eterno modo beta que nos colocamos (por diferentes circunstancias); el bendito boicot. Las ideas siempre están, debemos enfocar y concretar. Y de ser necesario escribir todos los pasos que serían necesarios para concretarlas.
Ya reposa la masa para comer pizza casera, se me antojó y amasé en un flash. Ahora, resta preparar la sala y decidir si hago alguna variedad o algunos panes saborizados.
A pesar de las molestias, espasmos, y toda la mierda de la put* realidad, le puse muchísima onda al día.
Estoy contenta por no quedarme en la cama.
Jamás pensé que expondría tanto mi alma.
Amada yo del futuro, ESTUDIA. ORGANÍZATE, te sobran las capacidades, bebé.

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