Y un día nos fuimos



Vamos que venimos con una nueva primera vez. Entrada que tendría que haber salido en abril, y estamos en junio #QuéDesastre.




No sé si están al tanto, pero hace unas semanas comenzó la Feria Internacional del Libro en Buenos Aires. Más precisamente, el día 21 de abril y finaliza el 9 de mayo. Este año los astros conspiraron para que pueda decir presente. Todo arrancó cuando a fines del 2015 me dijeron que había una alta probabilidad de ir, no les puedo explicar cómo se disparó mi nivel de ansiedad, no me quería ilusionar, pero bue. Comenzó el año, las semanas pasaban y esa probabilidad se transformaba en una certeza. A fines de marzo me dicen: Vamos a la Feria Internacional del Libro 2016. Emoción en estado puro, y mucho más. Había que preparar todo, buscar el programa, mapa, lista de libros para comprar, hospedaje, recorridos, y qué autores venían. Hasta ese momento no me habían dicho en qué fecha.Tenía una misión hasta el día de la partida: equilibrar mi ansiedad. 

Empezaron a pasar los días, y los diferentes escenarios desfilaban ante mi retina, hasta que el día llegó. Andaba en veremos del "qué me llevó", "qué me pongo", y demás menesteres (que duraron hasta el último segundo). Faltaba media hora para que me pasen a buscar y no había cerrado el bolso. Me iba por dos días, no un mes. Jajaja (Los dos primeros días) ¡Dale, que nos vamos! Arrancó el viaje, teníamos como unas 8 horas hasta Buenos Aires (Capital Federal - Argentina). Tardamos una eternidad en entrar a la ciudad de la furia, íbamos a paso de tortuga. Llegamos, desayunamos, recorrimos, nos instalamos, almorzamos, y así llegaba "la hora" para dirigirnos al destino principal. 
Una de las entradas. Por ahí te dirigías a la izq. al sector de las provincias.
A la derecha, los benditos pabellones. 



La entrada fue un poco caótica. Los de seguridad muy serios, el resto de nosotros emputecidos para que nos pasen las entradas por el escaner. Nos fuimos para la otra punta: Zona futuro. En esa caminata íbamos viendo los diferentes pabellones (rojo, azul, amarillo, verde)... así al boleo. En las calles de los pabellones había un sinfín de actividades. Ahí se encontraban las distintas editoriales, las muy "zorritas" desplegaron todo su arsenal, para los viles adictos a la tinta negra y a esos millones de mundos paralelos. En un momento quería todo, y más allá. Después me calmé, empecé a ver con más detenimiento, y a descartar. Hubo un nanosegundo que casi me llevó a sucumbir en querer saquear el stand donde estaba lo relacionado a Liniers. ¡Ay, mi divino Dior, gracias por no dejarme caer en tentación! Con absoluta sinceridad debo decir que no fue algo que me voló la mente. Creo que esperaba mucho más. ¿Me preguntan qué? ¡Y ahora no sé... jajaja! No había tantas promociones. Va, sí en aquellos libros que son muy poco conocidos y en los clásicos. Los precios andaban por las nubes, ni decir de tomar algo dentro. 
El mundo de las mil y una oferta







Observaciones: Vi muchos adolescentes desesperados por encontrarse con el youtuber de turno. Almas literarias comentando (criticando) sobre las sagas, trilogías... y alguna que otra portada. Muchas personitas estaban más entretenidas al aire libre, que en los mismísimos pabellones. Y acá me confieso, la ciudad de la furia tiene su magia. 
Enamoramiento nocturno: Quedé embelesa la noche del viernes, cuando iba caminando (cerca de la medianoche, que mamá no se entere), por Av. Corrientes y la mayoría de las librerías estaban abiertas. Sepan ustedes que soy fan de lo usado..., ni hablar que en los tiempos que corren son una gran "ganga". Era la panacea (si seré exagerada... jajaja), mis acompañantes me arrastraban, no querían saber nada con "perder tiempo ahí". ¡Sigamos, sigamos...! Una de las pocas cosas que envidio a los porteños. El increíble número de librerías que pululan por sus calles.

El último día: Sábado (día internacional del libro, mi cabeza se ilusionó que se iba a encontrar con muuuchas ofertas) por la mañana, hicimos un poco de compra... (¡otra tentación!) por la Av. Santa Fe, y en eso entramos a una de las librerías más lindas del mundo: El Ateneo. No me daban los ojitos para apreciar tanta hermosura junta. Una vez que espabilé, pedí que me hicieran mi tarjeta de TEMATIKA. Muchas veces compré online, y ¡quería mi tarjeta! Podría haber pasado horas ahí dentro (de cualquier librería, más si tenes buena música y una mesa/sillón para leer...). Si pueden busquen en Mr. Goo fotos de la cúpula... realmente es un sueño.
Las horas pasaban, y el recorrido estaba llegando a su fin. Señoritas, señoras, niñas, (¿me lee algún masculino?)... y yo todavía no había comprado ni un libro. Desfilé por esas calles, indagué buscando alguna oferta por el día del libro, ILUSA total. No encontré nada y terminé adquiriendo clásicos... no me maten (?).

Anécdota: Una, estudiante de la carrera de Letras, se compró $1750 en libros, todos ellos eran clásicos. Sí, así como leen. Se trajo 35 libros, no le daban las manitos para cargar todo. Y yo solo tres, por tan solo $150, baratito el asunto. (Jajaja) 
Mis adquisiciones
 Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll; 
El lobo estepario, de Hermann Hesse y Pedagogía del oprimido, de Paulo Freire.
Ahora, simplemente me queda dejarles unas preguntintas, así interactuamos un poco, vio. A las nacionales ¿fueron alguna vez? ¿Qué les pareció? Al resto de nuestras lectoras ¿se hace en su país/ciudad? Y para todas ¿son de comprar mucho? ¿O miran, alimentan su incertidumbre y luego compran? Es una pena que los libros estén tan caros. Y es para otro tema, mi gran oxímoron: Me encanta tener libros y ¿cómo se hacen ellos? 



Y esta fue mi pequeña historia sobre mi visita a la Feria Internacional del Libro número 42°. 
Me despido de ustedes, la pseudo irresponsable del team.

3 Comentarios

  1. Mi querida! por que no avisó que anduvo por estos lados???????????

    Respondiendo a tus preguntas, por segundo año consecutivo fui a la FILBA siempre quedo extasiada, obviamente, no hay ofertas, y muchas veces los libros que ves no son los que queres comprar.
    Este año salí con las manos vacias para mi, si se llevo mi hija un par de libros (estoy intentando hacerla adicta a la lectura) aunque vos mencionabas $1750 de clasicos, y yo en 4 libros gaste $1300 en la libreria de barrio (vamo a darle de comer al señor del barrio)

    Te digo la verdad voy a la FIL por la puesta que cada editorial hace, no para comprar, salvo que sea algo que todavia no está en las librerias. Pero en fin, me alegro que hayas disfrutado de mi ciudad, que hayas paseado por calle corrientes (y sus librerias)y que Ateneo te haya dejado atónita con su cúpula.

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    1. Gracias por comentar. Debo decir que anduve a mil, ni siquiera vi a mis amigos de la infancia. Hermosa misión tienes: Adicción a los libros. ¿Qué libros le compraste?

      La puesta no me volaron la cabeza... no las vi como mega WOW! (Che, qué exigente). Como era el día del libro, esperé encontrarme con alguna pequeña ofertita... jajaja. Igual, me divertí, disfruté, hice mis pseudos análisis de las almas que pululaban por los pabellones, y me taché algo más en mi lista (mental) Cosas Por Hacer¡! Jajaja

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    2. Te sacaste las ganas de estar en la FILBA eso siempre es bueno.

      Se compró 2 libros infantiles, uno de tea Stilton o Stilson, no recuerdo el nombre y otro de Sherlock Holmes, con 3 de las historias pero redactadas de forma infantil para que aprenda (lo quiso porque vimos las pelis unos días antes, esas en la que aparece el más que apetecible Robert Downey Jr.)

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