En estos tiempos en los que hay que buscar algo productivo
para hacer, optemos por crear en vez de recurrir a la opción de ir al almacén/kiosco
a comprar el paquete de galletitas que nos guste. Manitos a la obra y que sea
lo que yisus quiera.
No soy fanática de la cocina, sí de comer... por eso, se me ocurrió
compartirles una buena opción para cambiar a los panqueques de siempre.
Primero, añadimos los ingredientes secos: la harina, el
polvo de hornear (como verán en la receta dice cantidad necesaria,
personalmente le pongo una cucharadita de té), la cucharada de azúcar y la
pizca de sal. Mezclamos con batidora de mano y procedemos a agregar los ingredientes
húmedos: los dos huevos (que agrego de a uno y en una compotera o recipiente
pequeño, evitando la sorpresa de algún que otro huevo feo), ½ taza de leche y
la manteca (que la derrito en el microondas para que unifique mejor con la
masa). Volvemos a mezclar para que se incorporen todos los ingredientes.
Una vez que el preparado está homogéneo, preparamos la sartén
o panquequera, le agregamos unas gotitas de aceite y lo esparcimos con una
servilleta de papel para que no se pegue la masa. En cuanto esté caliente,
tomamos un cucharón de salsa y vertemos el preparado en la panquequera. Cuando
comienza a airearse y formar “burbujitas” en la superficie, es el momento de girarlo
con la espátula. Ni bien esté cocido de ambos lados lo retiramos en un plato. Repetir el proceso hasta terminar
el preparado.
Si les gusta aromatizarlo, antes de cocinarlo pueden agregarle
a la masa esencia de vainilla, unas gotitas de naranja o limón, chispitas de
chocolate o hacerlo del modo tradicional y comerlo con dulce de leche, miel, o frutillas con crema (las he apilado como torta y es mortal).
Espero que lo pongan en práctica. Si conocen otra forma de
hacerlo no duden de dejarlo en los comentarios; estoy dispuesta a intentar
otras variantes.
¡Gracias por leerme! 💗
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