Ryan's Bed

Me metí a la cama de Ryan aquella primera noche por accidente.
Apenas lo conocía. Pensé que era la cama de su hermana, su habitación. Me llevó segundos darme cuenta de mi error, y debería haberme ido...
No me fui.
No me levanté.
No me avergoncé.
Me relajé.
Y aquella noche, en aquel momento, era lo único que anhelaba.
Pedí quedarme. Él me dejó, y dormí.
¿La verdad? No quería abandonar su cama jamás. Si hubiera podido quedarme para siempre, lo habría hecho.
Él se convirtió en mi santuario.
Porque (cuatro horas antes), mi hermana gemela se suicidó.

Título: Ryan's bed
Publicación: 22 de enero del 2018
Autora: Tijan
Género: Young Adult
Editorial: autopublicado
Idioma: inglés

Si hay una lectura que evito desde hace tiempo es el Young Adult con una alta concentración de drama. Todos pasamos por la adolescencia y sabemos lo tormentosa que puede llegar a ser. Repetir las penurias y tormentos una y otra vez en un género literario es bastante masoquista. Sumado con lo que últimamente sucede en el mundo es el equivalente a querer cortarse con una galletita de agua.
La verdad, no sé qué me picó esta vez. No sé si fue por curiosidad al leer las sinopsis, desesperación por no haber encontrado algo decente por días o si me dejé llevar por opiniones de Goodreads. En todo caso, cuestionarme no sirve de nada, lo leí completo y ahora no sé cómo salir de esta nube dramosa y juvenil.

Sin querer matar la sorpresa de la trama, voy a contarles de qué se trata. Tampoco voy a matarme explicando, la sinopsis es bastante detallada: Mackenzie despierta en una casa desconocida, se siente incómoda y decide salir de esa habitación; hace sus cosillas personales (no recuerdo si fue al baño o a tomar agua) y cuando vuelve nota que la habitación se siente diferente, se acuesta, se relaja y se da cuenta que la persona que está en la cama no es una chica, es el hermano. Con la serenidad que sintió en el lugar, no se hizo mucho problema y se durmió. No le importó que Ryan esté a su lado, tampoco que no se conocieran personalmente, por primera vez en el día no pensaba en que su hermana se había quitado la vida.

En cuanto leí el primer capítulo, lo único que me motivaba a continuar fue la curiosidad de saber qué había pasado con Willow, la hermana gemela de Mackenzie (nuestra protagonista). Qué generó que tomara esa terrible decisión y qué repercusión tuvo en su vida.
Después se sumó mi curiosidad de saber qué pasaría entre Mac y Ryan y qué altibajos les esperaría en la historia.
Y luego todo se redujo a saber si Mackenzie iba a poder salir de ese agujero depresivo en el que estaba alojada y del que solo era auxiliada por Ryan, brindándole amor, apoyo y contención. Era el único que se preocupaba por ella y eso era indignante.

Sus padres eran unos ineptos. Creo que Tijan tuvo la idea de generar o establecer cierta empatía con ellos: se encontraban devastados por la pérdida de su hija y no sabían cómo continuar con su vida. Lo único que podía ver era su incompetencia y su falta de compromiso en su rol de padres, haciéndome pensar que su incapacidad fue uno de los factores por lo que se desencadenó la tragedia. No veían realmente lo que sucedía con sus hijas, ni tomaron cartas en el asunto, y luego tampoco fueron capaces de dar una contención a los hijos que le quedaban y que también lloraban la pérdida. E hicieron lo mejor que sabían hacer: los apartaron para poder bañarse en su propia miseria. El pequeño de la familia aislado en una escuela para superdotados, y su hija de 18 años vagando como un barco a la deriva (como si verla les generara una angustia atroz, pero mientras tanto “manejate sola, piba”).

Más allá de la ineptitud de esos padres que apenas podían con su vida, Tijan nos permite visibilizar/comprender una situación tan trágica como el suicidio, el impacto que causa en su familia y amigos; en la depresión y la anorexia de la juventud, y en lo poco escuchados e incomprendidos que son por su propio entorno.

Dejando a un lado el mensaje de Tijan (que explica con más detalle al final del libro), la historia fue opacada por la superficialidad, el típico mundo de “los chicos bien” con casas espectaculares y fiestas en cualquier momento del día sin supervisión adulta y con planteos tan irrisorios que me era imposible de creer que una persona queriendo dar un mensaje tan claro y plausible, cayera en esos recursos tan clichés e innecesarios... como si se hubiera quedado sin ideas.

Puedo ignorar que los personajes sean altamente atractivos y deseables por toda la escuela, o que sean populares y admirados, pero no puedo tolerar que TODO gire en la popularidad, si es menos o más, si se junta con el grupo solo para que los otros “la noten” y crean que es uno más de los populachos, o leer de la propia protagonista “ella se volvió popular porque la puse bajo mi ala”, como si hubiera cumplido con el acto de caridad del día, cuando estuvo planteando todo el fucking libro que no le interesaba figurar. Hipócrita.

La historia se fue al carajo cuando una de las tantas “enemigas” de la prota acude a una humillación ridícula solo para demostrar que antes era una perdedora y que solo por ese motivo, Mackenzie no era merecedora del galán del libro. ¿Cómo se resolvió? No les cuento porque me indigno 😒.

Más allá de la historia, de la impotencia, dolor y tristeza que me generó el 60% del libro, no puedo ignorar los masivos ojos en blanco que sufrí en el 40% restante.
El final me dio la oportunidad de entender mucho más a Mackenzie, pero no fue suficiente para hacerme cambiar de opinión.

Y si tengo que tomar algo positivo de esta reseña, es que la escribí 24 horas después de haber terminado la lectura... hace mucho tiempo que no me pasaba 😂.
¡Lo siento como un milagro!
Felicidad plena (?)