We Shouldn't, Vi Keeland

Bennett Fox entró en mi vida un lunes por la mañana en medio de un infierno de mierda.
Llegué tarde al primer día en mi nuevo trabajo, un trabajo por el que ahora tendré que competir, aunque haya trabajado ocho años para ganarlo, debido a una inesperada fusión.
Mientras llevaba mis pertenencias a mi nueva oficina, una oficial de tránsito me dio una multa de estacionamiento.
Había multado a una larga fila de autos, excepto el Audi estacionado frente a mí, que era de la misma marca y modelo que el mío.
Molesta, decidí regalarle mi boleto al auto que había evitado la multa. Probablemente el dueño lo pagaría y no lo notaría.
Excepto que accidentalmente rompí el limpiaparabrisas mientras deslizaba la multa en la ventanilla del auto.
En serio, mi día no podría ser peor.
Las cosas empezaron a mejorar cuando me encontré con un magnífico hombre en el ascensor. Tuvimos uno de esos breves momentos que solo pasaban en las películas.
Ya sabes cómo es... tu cuerpo se ilumina, los fuegos artificiales se disparan y el aire a tu alrededor cruje con electricidad.
Su penetrante mirada me dejó sonrosada cuando salí del ascensor.
Tal vez las cosas aquí no serán tan malas después de todo.
O eso pensaba.
Hasta que entré en la oficina de mi nuevo jefe y conocí a mi competencia.
El hombre magnífico del ascensor era ahora mi némesis. Su penetrante mirada no se debió a ninguna atracción mutua. Fue porque me había visto vandalizar su auto. Y ahora no podía esperar para aniquilar a su rival.
Hay una línea delgada entre el amor y el odio, y no deberíamos cruzarla.
No deberíamos, pero montar esa línea podrá ser muy divertido.

Título: We Shouldn't
Publicación: 21 de enero, 2019
Autora: Vi Keeland
Género: Romance Contemporáneo
Idioma: inglés

Cuando me avisaron por cuca que mi última reseña data de dic'17 quedé peor que el modo avión. Me caigo y me levanto. Si alguien continúo leyéndome, después de semejante abandono, sería un milagro (? La noche anterior a tremebunda noticia había terminado de leer éste libro y las ganas de escribir habían resurgido. ¡Vaya, vaya! A tal punto que abrí Google Keep (mi salvador) y comencé a darle rienda suelta a las ideas, pero esa verborragia con escueto sentido quedó en el olvido. Hasta hoy.

Sepan que las pésimas lecturas rondan mis tierras, se niegan a darme respiro. Estuve casi 4 semanas sin leer nada (¿¡somos conscientes de lo que es estar un MES sin lecturas!?). Luego, de semejante sequía, no podía terminar nada de lo que comenzaba. Llegué al final de uno por el simple hecho de corroborar cuánto más podía multiplicar la autora el grado de idiotez de su protagonista. A las chicas se lo comenté muy light (ahora que lo pienso, podría castigarme con su re lectura para descargarme acá). Añares que no leía una protagonista tan pelotuda. ¡Es del club BoluKenzie! Egoísta. Dramera. Conste que te encanta hacerme pasar esos momentos de mierda. Ivy remendó la situación, sin saberlo; provocó la renovación del aire (léase, como llegué al libro).

Basta de cháchara, juro que intento no irme por las ramas. Activen la música, preparen café/té, que comienzo a cantar y deshojar las palabras. Iba a realizar una aclaración, pero recordé que no escribo para gustarle a nadie... sigo mi rumbo y le hablo a los que vienen.

Su sinopsis es kilométrica (mirá quién lo dice); por lo visto, se está convirtiendo en moneda corriente. Amplísimo pantallazo de todo lo que habrá, no dista mucho de lo que venimos viendo y seguiremos haciéndolo: adonis, competencia para ver quién triunfa, tensión, diversión y la bendita intriga de cómo resolverá la delgada línea entre el odio y el amor. ¡Ahí quiero verte!

Al leer el primer capítulo e imaginar la situación me tenté, síntoma positivo para pensar que los vientos podrían traer algo de esperanza literaria. Siendo un patito criollo (un paso y una cagada), tranquilamente podría ser Annalise O'Neil. Obvio, salvando las perfecciones que tienen éstas muchachitas. Siempre tan capaces de cegar al universo y al amigacho con su belleza (ojos azules, multicurvas, con piernas asesinas, bronceadas y esas melenas dignas de la publicidad de Pantene). Pertenece al team de las buenas, divertidas, con sus melodramas amorosos, muy comunes en tierras americanas. Atrás deja una extensa relación con un paparulo "cool", mejor perderlo que encontrarlo. Con muchas inseguridades y temores. Su corazón fue maltrecho y el otro está marchitado, mi Dior. Su forma de proceder es bastante peculiar para los tiempos que corren, suma puntos a lo loco, se hace querer; también sus códigos de colores y TOC. ¡Cómo me encanta el misterio!

Ni hablar de Bennett, jodido, Fox. Lejos de quedarse atrás con su facha. Papurris, al nivel de comer las papas fritas con las manos; se te hace agua la boca. ¡Otro que tiene un máster en la ejecución de las cabalgatas! La sumatoria de sus cualidades son dignas de una chacarera, créanme. Su mente perversa roba sonrisas. Puede resultar un tanto agobiante, y cuando aparece su lado "oscuro" provocará un par de emociones. Sí, van a querer asesinarlo/amarlo. ¿Cuándo no? Su accionar deja entrever sus culpas, miedos y deseos que ni él se ánimo a soñar. ¡Cómo puede suceder esto, es el enemigo...! Tiene un pasado complicado, triste, cargado de culpabilidad, que lo marcará en su forma de comportarse y en su eterno descreimiento en las relaciones con el otro género. No podemos ayudar a quien no se deja ayudar y por años Bennett estuvo en esa zona, solo eso diré. Amé como fue mutando el apodo que le dio a Annalise, jodidamente lo amé.

Ambos son directores creativos, sus compañías publicitarias se fusionaron y hay un solo puesto en la ciudad que habitan. ¡Gran problema, gran! Ninguno quiere perder, menos dejar su ciudad. Su rivalidad alimenta la tensión, sus cuerpos son conscientes de lo que provocan cada uno de sus intercambios. Pretenden hacer la vista gorda, pero hasta el más lelo lo detecta. Malditas tensiones, váyanse como los viles miedos prisioneros del amor. Una linda mezcla para que el desarrollo de su relación sea muy ameno.

Con el devenir de sus interacciones se construye una inmensa sinergia. Conectan a tal punto que su incipiente rivalidad se transforma en amistad. Se complementan (casi) a la perfección. En paralelo van creciendo y redescubriéndose, abandonando los estereotipos. Encontrando su balance. Saben que si se lo permiten son capaces de hacer magia en todos los momentos del día (cuack), pero para que suceda tienen que alinear sus planetas. ¡Agárrate cuando arranquen las cabalgatas, arderá Troya. Alta llamarada, mi'ja! Juro que no están un un blog de astrología.

Desde el inicio sentí que la autora intentaba reflejar diversos comportamientos cotidianos que no son los adecuados y muchos de ellos ni siquiera estamos acostumbrados a recibirlos; esperamos que todos sean una mierda y nos olvidamos que aún existen seres con principios y buenas intenciones. Lo mismo con sus frases, directo para interpelar al lector. De ahí que me gustarán los diálogos entre ambos y sus satélites más directos. ¡Dile adiós a los muros, querido Bennett! Y quién iba a decir que los celos te abrazarían fuerte, fuerte.

Encontramos ambos puntos de vista, me gusta dar con ellos. Enriquecen la lectura, al tener la perspectiva de cada protagonista la torna más llevadera  y que no sea todo tan monótono. Ayuda a empatizar (o no) con la historia. Leer los pensamientos de Bennett, más cuando desbarranca, sus dilemas sobre sus sentimientos, lo hace ver más adorable y se potencia cuando está con un almita. ¡No es que babeé por él! 

Los satélites están a la altura, generan un equilibrio y la historia del pasado da su cuota de intriga. La mejor amiga de Annalise es todo lo que está bien (muchas de sus respuestas podrían haber sido las que le doy a una amiga). Por otro lado, siempre tenemos a los que nos sacan de quicio, y a uno lo detesté demasiado. Avanzaba y su perversión me daba ganas de darle un porrazo. Gente abusadora que manipula por el simple hecho de haber pasado por X situación. Puedo llegar a entender el dolor, pero ni sueñes que pueda justificar tanta maldad. Demasiado egoísmo, frialdad, sin pensar en los seres que la rodeaban. ¡Lluvia de abrazos para las criaturas indefensas!

Ahora, voy a detenerme un flash en Annie y el paparulo.

A medida que llenaba la ficha mental con éstos dos mi ser se salía de la vaina. No le bastó con guampearte sino que tuvo el tupé de pedir tiempos. ¡Annie rozas las tierras de desvirtuadora serial! ¿Buen hombre? Mi loca te guampeó y dejó en San Valentín después de 8 míseros años de relación donde nunca fuiste su complemento sino más bien su adorno. Alta desesperación por comprender y por aferrarse a lo podrido. ¡¡Valórese, mi'ja. Suelte por más que haya estado años!! Algo para grabarnos y repetirnos mil veces:

Ámate. Respétate. Valórate.

Y todos los te que sean necesarios, porque si no lo hacemos no pretendamos que el otro lo haga.

Tenía cero fe en el libro, sinceridad pura. Es más de lo mismo, claro que sí, PERO saben qué cambió: logró atraparme. Transité los momentos como si fuera parte de ellos. Sus diálogos me provocaron la risa y el sufrimiento. Leía y no quería que nada ni nadie interrumpiera mi lectura, resultó gratificante. Cuando pensamos que reinará la obviedad aparecen pequeñas vueltas que en la sumatoria cumplen su función, mantenernos entretenidos. Será eso lo que me cautivó. Quedan muchas cosas en el tintero y reflexiones, prefiero dejarlas ahí.

¿Por qué no tiene la puntuación perfecta? Simplemente porque no fue perfecto. Por más que me haya divertido y toda la bola, tiene su alta cuota de clichés que rondan las aguas más de lo mismo y hace que se opaque. Quiero destacar, hasta el momento, es de lo mejor que leí de la autora. Pensé que leería otro fiasco y no sucedió. Por lo visto puede hacerlo mucho mejor y cuando ese día llegué tendrá mi máxima puntuación. Si anhelamos calidad en el contenido tendríamos que dejar de conformarnos y ser un poco más exigentes.

Comentario al margen: no me convence lo que escribo; digo mucho sin decir nada. Sensación que se repite en todas mis reseñas. Mr. Miedo al mando (? En cinco sale a la luz, avisé en la fanpage así no sigo dando vueltas. Ni sé qué sentimientos me invaden. GRACIAS por el aguante, llegar hasta el punto final y si comentan doble GRACIAS. Saben que pueden opinar libremente y que todo se respeta, ¿no? Aleluya la variedad de gustos. Abrazos enormes.