The Curve, Leslie Pike

Atticus Swift tiene el mundo a sus pies. Tiene la sincronización y un ritmo natural que le funciona en su vida. El sexy receptor del Memphis Mavericks es un apasionado de su carrera. Todo lo demás le demanda poco esfuerzo. Para la dinastía Swift, el baseball corre por sus venas. Con toda su fuerza.
Suspendido por una lesión, detecta a una mujer al otro lado de una firma de autógrafos. Y ella no le presta atención. Se centra en una tímida adolescente.

Charlotte Bay está dedicada a sus responsabilidades. Y a pesar de que sueña con el romance y el amor, ningún hombre se ha acercado lo suficiente como para notarlo. Porque, sobre todo, Charlotte es una madre soltera cuyo objetivo es criar a una hija feliz y confiada. Su hija Mallory tiene cicatrices, emocionales y físicas. Tanto la madre como la hija están un poco rotas, pero incluso las dificultades personales tienen una fecha de vencimiento. Y tal vez ha llegado su momento.


Título: The Curve
Publicación: 28 de junio, 2018
Serie: The Swift #1
Autora: Leslie Pike
Género: Romance contemporáneo
Idioma: Inglés

Romance entre una mega estrella del béisbol (obvio, un putigolfo hasta que) y una adorable madre soltera que no sabe que es una diosa para la visual humana. Con un elevado toque de mala suerte, un cuarto de inseguridades, pero tan buena.
Fin.
Chiste, con un cortito y al pie (?) ¡Como la historia, Mabel!
Hay poco de todo, en versión little bit, hasta los detalles son escasos. La autora no ahonda demasiado en ellos, tampoco se detiene en armar algo rebuscado. Visitó los estudios de Televisa, pero en esta oportunidad el melodrama vulgar no le copó.
Es temprano para delirar. ¿Está drogada, señora?



Atticus Swift es el típico putigolfo que se da cuenta que está faltándole algo en su estrafalaria existencia luego de ser ignorado. Un golpe a su ego. Más bien, dos. El primero viene luego de sufrir una lesión; repito, no hay muchos detalles. En ese despertar, observamos como la faceta romántica empalagosa, ajena a su ser hasta ayer, lo abraza. 

Tienen una manía por pintarlos tan mujeriegos que luego el cambio a hombre de una sola mujer es poco creíble. Ellos son los sufridos que deben soportar a las pechugonas sin moral y cuasi rompe hogares se les lancen para montar su semental. Ojalá nadie piense que un hombre puede cambiar por una dama, porque estamos al horno con fritas. Los cambios tienen que surgir por montus propio, sino más forzado que la simpatía de los profesores en las clases virtuales.
Charlotte Bay es una treintañera que la vida no le sonrió, pero supo salir adelante. Quedó embarazada muy joven y desde ese momento fueron ellas contra el mundo.  Aspecto cotidiano de la vida real. Madres luchando para sobrevivir, darle un techo y todo el amor a sus hijos. En el medio, muchas se olvidan de que también son mujeres y deben tener un minuto para ellas. No sentir culpa por disfrutar de su sexualidad. Hasta que llega Actticus, Charlotte estaba en modo: Primero su hija, luego su hija y más luego su hija.

Su hija se hace adorar, una adolescente de 13 años, con muchas cicatrices. A los 10 un episodio drástico provocó un cambió en ella. Desde ahí todo es paso a paso, para ambas. Me encantó como Mallory fue saliendo del caparazón. Aunque apelando a la sinceridad que reina por estas tierras, debo decir, que las escenas fueron un poco raris, también se sintió forzado su cambió de actitud. De la noche a la mañana la piba quería relacionarse con el hdp, la pintó como una calenturienta.

Me dio la sensación, o al menos así lo interpreté, que la autora intenta reflejar, a su modo, cómo pueden ser los adolescentes de acuerdo al "estereotipo" de padres que tengan. ¿Por qué lo digo? Acá hay uno que es un flor de hijo del inframundo, con un grado de maldad muy elevado. Hecho que vino de la mano con problemáticas del cotidiano: el bullying y acosó que padeció Mallory.

También cuestionable la manera que plantea hacerle frente a los abusos que llevan adelante estos miserables. Si mal no recuerdo hay una película en Netflix donde los pibes adoptan la misma solución. Otro temita, el anhelo de abrir a tan temprana edad redes sociales. Sí, los tiempos cambian. Pero creo que ni dimensionamos (menos educamos) los peligros que conlleva. Ojo. Lejos estoy de pretender meter miedo, solo me encantaría que los adultos responsables recibieran el conocimiento (positivo-negativo) de lo que implica que un menor de su información para abrir una red social. 

No puedo despedirme sin hablar un poco sobre los otros satélites, todos ellos conforman el clan Swift. Muestran ser una familia amorosa, con sus luchas. El hermano mayor (Brick) y su sobrina (Paige) aparecen mucho, pero la autora dice poco sobre ellos. Lo justo y necesario... Sus padres, un matrimonio divino, como sus abuelos; la historia de la abuela en el baño es para llorar de la risa. Cada uno cumplió su función. Tuvieron armonía, fluyeron. Seguro que los libros siguientes sabremos más sobre ellos y su hermano & hermana.  

Si están dispuestas a dar una hora (como mucho hora y media) de su tiempo, pues acá tienen una historia para flotar un rato. ¡Hasta tienen una playlist para acompañar el momento! No será una de esas lecturas que atesoraré y busque para releer, pero sí sé que probablemente lea otras cosas de la autora. Al margen, de los márgenes, horribles portadas.

Si le dan una oportunidad, me cuentan sus conclusiones.

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