The Kiss Thief, de L.J. Shen

Dicen que debes ganarte tu primer beso.

El mío fue robado por un diablo con una máscara bajo el cielo negro de Chicago.

Dicen que los votos que haces el día de tu boda son sagrados.

Los míos se rompieron antes de salir de la iglesia.

Dicen que tu corazón solo late por un hombre.

El mío se dividió y sangró por dos rivales que lucharon por él hasta el amargo final.

Fui prometida a Angelo Bandini, el heredero de una de las familias más poderosas de la mafia de Chicago.

Luego tomada por el senador Wolfe Keaton, quien usó los pecados de mi padre en mi contra para obligarme a casarme.

Dicen que todas las grandes historias de amor tienen un final feliz.

Yo, Francesca Rossi, me encontré borrando y reescribiendo la mía hasta el último capítulo.

Un beso.

Dos hombres.

Tres vidas.

Entrelazadas.

Y en algún lugar entre estos dos hombres, tenía que encontrar mi para siempre.

Título: The Kiss Thief
Publicación: 6 de enero del 2019 
Autora: L.J. Shen
Género: Romance contemporáneo - New Adult
Editorial: autopublicado
Idioma: inglés

Ah, qué oxidada me siento después de meses sin escribir una reseña decente. Ni siquiera pude esmerarme con las que dejé en Goodreads. Espero poder hacer justicia en esta.

La reseña que traigo hoy es una que había dejado en el tintero desde que se publicó el libro. Cómo les pasará a muchas que tienen la posibilidad de leer en inglés, ni bien se publica el libro de su autor favorito, corren a conseguirlo. Porque, obvio... nuestra alma lectora está expuesta a una continua sobredosis de hype y altas expectativas.

Eso es lo que me pasó a mí el 6 de enero del 2019, cuando The Kiss Thief salió a la luz. Necesitaba clavar mis ojitos en la historia y fangirlear con los personajes. Ansiaba la ambigua sensación de la resaca literaria. Espero dejar en claro que tenía mucha fe en este libro, y más después del impacto que me dejó Midnight Blue.

¿De qué trata The Kiss thief?

Francesca Rossi pertenece a una de las familias de la mafia más importantes de Chicago, y como en este tipo de historias, la hija del jefe, criada en una burbuja de virginidad e inocencia, es protegida/apartada/encargada al mejor postor, bajo el pretexto de que papi y mami mafia dejarían que ella seleccione a su esposo, en efecto, a Angelo Bandini. El futuro de su existencia dependía de una nota guardada en una caja de madera que presagiaba su futuro amoroso. Me gustaría saber si ese tipo de familias realmente funcionan así o si solo sucede en la turbia imaginación de las autoras. En todo caso, todo le indica que Angelo Bandini es el “mejor postor”, si contamos las pocas veces que cruzó palabras cursis y un par de miraditas. Pero si a Francesca le hacía feliz esas boludeces, allá ella.

Nuestra criada, Clara, a menudo decía: “No necesitas conocer un esposo, Frankie. Necesitas conocer las expectativas de tus padres”.

El suceso de la elección sucedería en su cumpleaños número diecinueve, en el que papi y mami mafia la presentarían en público y ella daría su primer beso de amor verdadero (ay, lo siento tan Fiona) tal como decía la nota que sus padres guardaban tan celosamente. Estaban invitados toda la pompa de Chicago, entre ellos, el senador Wolfe Keaton, alias, el hipócrita. Pero no voy a adelantarme a los hechos, ya llegaré la explicación del sobrenombre.

Para darle más pomposidad al momento, la temática fue un baile de máscaras, porque claro, de otro modo no podría funcionar a la trama.

Francesca iba feliz por la vida esperando la oportunidad de toparse con su idílico Angelo Bandini para poder tener su gran momento de contacto físico y salival. Uno pensaría que lo reconocería al instante, pese a tener una máscara puesta. ¿Acaso no pueden reconocer a un familiar o amigo con el barbijo? Me gustaría conocer su opinión al respecto y si soy la única que cree que un pedazo de tela no te impide reconocer a un conocido.

En fin, la fiesta iba viento en popa, Francesca pululaba intentando dar la mejor imagen sin quedar como una muñequita tonta y fallando en el intento, hasta que se encuentra con el sujeto en el exterior del lugar, y sin tener tiempo de observarlo con detenimiento él le roba un beso. Lo que Francisquita no vio venir fue que la persona que hurtaría tan descaradamente un beso suyo sería Wolfe Keaton, un enemigo treintañero de su padre que quería erradicar la delincuencia y, por ende, la mafia con sus respectivos jefes.

Los lectores creerían que un simple beso no sellaría el futuro de la patética protagonista, sin embargo, las reglas de la mafia y un simple papelito amarillo tuvieron más peso que la decisión de Francesca, que... por cierto, tampoco tenía fundamento. Ni siquiera conocía a Angelo y estaba emputecida con el tipo.

Y la obligan a casarse con el senador Keaton.

Robaste mi primer beso. Luego mi felicidad. Y finalmente, mi vida.

Para las conocedoras de L.J. Shen el casamiento forzoso arreglado no es ninguna novedad. Leímos y amamos Sparrow (al menos, la mayoría) y sabemos que la autora sabe dar un buen giro a las típicas historias cliché. En este caso, pese a lo tonto que puede llegar a sonar la síntesis del primer capítulo que acabo de hacer, el 40% del libro es relativamente bueno. La construcción de la historia es aceptable, (y acá hago uso del gran...) PEEEEERO el desarrollo de los personajes es regular, tirando a malo.

Por un lado, tenemos a Francesca, una chica de diecinueve años preparada para formar parte de la elite mafiosa, pero sin la posibilidad de formarse académicamente en la universidad, dejándole como único objetivo de la vida casarse con el beso de su verdadero amor. La verdad es que es una caprichosa desde el vamos. Cuando sus padres le advierten que debe cumplir con sus obligaciones familiares, la tipa manda una rabieta digna de una niña de ocho años. Lo único que faltaba en la ecuación eran las pataletas en el piso en un supermercado concurrido. Un personaje femenino completamente diferente al de Sparrow Raynes. Débil, poco inteligente e ingenua.

—Me besaste de muy buena gana, Nemesis.

—Antes de saber quién eras, villano.

Por otro lado, tenemos a Wolfe Keaton: un tipo que se vende como prístino, ilustre y en contra de todo lo que representa la familia Rossi, PEEEEEEERO acepta casarse con Francesca por venganza, la mantiene cautiva, humilla y se desquita con ella solo por el hecho de ser “hija de...”. Al menos Troy Brennan no se vendía como buen tipo. El senador Keaton es igual o peor que él. Y a pesar de tener actitudes muy parecidas a Troy y Vicious, Wolfe está LEJOS de los personajes que nos enamoraron tanto.

La relación entre ambos deja bastante que desear, más que nada por la actitud de Gata Flora que toma Francesca en TODO EL FUCKING LIBRO.

Más allá de eso, lo que mató mis expectativas de que la historia repunte fue una situación que me dejó recalculando y no podía creer lo que leía: ella desafiando a que Wolfe muestre su peor cara y él aceptando el desafío. El resultado fue bastante turbina. Lo suficiente para que dejen de agradarme los dos.

Luego de la decepción que me provocó este libro y Midnight Blue, no volví a leer más de L.J. Shen. Ya no me dejo llevar por lo que dicen en sus grupos de Facebook o en las reseñas. Temo que la autora haya perdido su brillo y no me atrevo a sufrir otra decepción. ¿Será que existe un libro nuevo de L.J. Shen en el que los personajes sean iguales de geniales que Sparrow y Vicious? Ruego a los dioses literarios que suceda.