Botones y encaje, de Penelope Sky.

Tengo una deuda con él. Una gran deuda.
Se puede pagar con dinero o con favores.
Él sólo quiere una cosa.
A mí.

Toda acción obtiene una recompensa. Un botón. Cuando consiga llenar su frasco con trescientos sesenta y cinco botones, me dejará marchar.

Dejará que me vaya.
Pero tengo que ganarme todos y cada uno de ellos.
Sometiéndome al hombre más oscuro, cruel y atractivo que he conocido nunca.

** AVISO DE SENSIBILIDAD ** Esta obra contiene algunas escenas oscuras e inquietantes de abuso y castigo

Título: Botones y encaje
Publicación: 13 de octubre del 2017
Serie: Botones #1
Autora: Penelope Sky
Género: Dark romance
Editorial: autopublicado
Idioma: español

A tu novio lo visita un tipo turbio reclamándole plata y lo amenaza, y de repente un día, tu chico (que estaba en un estado de depresión y parecía determinado a hundirte con él), te dice que ahora se siente mejor y te invita a las Bahamas. Y no sospechás nada, incluso cuando su estado de ánimo es raro, ni cuando te lleva a pasear por lugares oscuros… 

¿¿NO TE DAS CUENTA QUE ESTÁS EN PELIGRO POR CULPA DEL INÚTIL DE TU NOVIO, PIBA??

Así comienza la historia de Pearl, una chica que está en una relación bastante conformista; es huérfana, así que básicamente se acostumbró a tratarlo a Jacob, su novio, y a sus padres como parte de su familia. El temita más ruidoso es el modo en el que ella acepta las situaciones, las cuales serían motivo de alarma para cualquier individuo con dos neuronas:

👉 Un tipo amenazó a su novio por una deuda.

👉 Su novio le dijo que lo despidieron y debía dinero “que ya pagó”.

👉 De un momento a otro comenzó a tratarla con frialdad. Ella lo justificó diciendo que fue por “el mal momento que pasaba”.

👉 No dudó ni por un segundo acerca de las repentinas vacaciones ni de cómo se pagarían.

👉 ¡¡Y TODO ESTO PASÓ EN EL CAPÍTULO 1!!

Ya secuestrada, Pearl se encuentra con uno de los malvivientes y LO AMENAZA. Sí, el tipo tiene el triple de su masa corporal, tiene un arma y toda la experiencia villanesca y LA MINA AMENAZA CON ROMPERLE LA CARA. No solo eso, sino que se atreve a hacerlo juuuuuusto cuando intentaba violarla. Ustedes pensarán, seguro va a aprovechar a sacarle el arma. NO. Le quita el cinturón (con todas las vueltas que conlleva quitarlo de un pantalón) y con un movimiento ninja, que me da mucha vergüenza imaginar, se sube a su espalda e intenta ahorcarlo. UNA LOCURA.

Esto no termina ahí, se acercan más maleantes, y la tipa, con todo el tupé del mundo y sin una pizca de temor (lo cual me asombra), amenaza a los que ingresaron con quitarle la vida al tipo que está ahorcando. CHABONA, A ESTOS TIPOS LES IMPORTA TRES MANDIOCAS SI MATÁS A SUS COMPAÑEROS… SE CAGAN EN LA VIDA HUMANA. TE SECUESTRARON, ¿ENTENDÉS?

Por favor, me saca de quicio 😆.

Las situaciones van dándose de esa manera durante al menos los primeros capítulos.

En varias ocasiones la vida de Pearl correrá peligro (pensemos en su desesperación y adrenalina). Utiliza su precario instinto de supervivencia como si de esa manera fuera a salvar su vida, y con todo el tiempo que tiene para prepararse, hace cosas ilógicas. Por ejemplo: un tipo entra a su habitación, se saca la ropa y se acerca a ella con una jeringa, al parecer, para drogarla. Cualquier ser humano se prepararía para defenderse de una patada en las bolas, o un codazo en la cara, pegarle con la palma en la nariz es una forma de defensa personal bastante decente, pero no, Pearl decide agarrar su muñeca y “retorcerla dolorosamente”. ¿Podría haber intentado tomar el dedo meñique? Quizás, pero no lo hizo… y le resultó.

¡EN ESE BARCO SON TODOS UNOS FLOJOS!

Aunque bueno, probablemente Penelope Sky leyó algún Dark Romance mientras veía una película de Jean Claude Van Damme e hizo esta ensalada. En la historia, la simple Pearl es el equivalente a Jackie Chan. Sus artilugios funcionaron de una manera espectacular, del mismo modo que viejita de la película Madagascar con su poderoso bolso.

Un guardia estaba muerto, y otro estaba herido de gravedad. Eso quería decir que había dos armas menos por las que preocuparse.

Después del desagradable momento que tuvo con el tipo que quiso violarla, los compañeros del violín aparecen y se lo llevan, tratándola a Pearl con cuidado. ¿NO TE PARECE RARO NO TENER MORETONES Y QUE LAS DEMÁS SÍ? Esto no es obra de tus magníficas patadas voladoras. Seguramente alguien de aspecto muy sensual y peligroso (probablemente un jefe del inframundo) te espere para hacerte su posesión. Al principio vas a negarte y lucharás, pero mentalmente repetirás como una delirante lo satisfecha que te hace sentir el villano de la historia.

DE MANUAL.

Pero ya llegaremos a eso, antes de encontrarse con el tipo que le daría su perturbador “felices por siempre”. Pearl estuvo en manos de un ser abominable y que cualquiera le desearía la muerte literaria. El tirano la somete a vejaciones, violaciones en manada, torturas, y otras yerbas. En un sinsentido, la autora resalta en casi toda la lectura la suma récord de venta dentro de la tarifa convencional de esclavas sexuales. TREMENDO.

Volviendo al interés ¿sentimental? sexual de Pearl, no cambia mucho del que la adquirió primero. Crow se muestra comprensivo e incluso amistoso con ella, hasta que la secuestra con la idea de hacerla sufrir. Incluso teniéndola en su poder, no deja de mostrar su doble cara: por un lado le vende la idea de que es mejor que su antiguo violador, y por otro, promete una muerte lenta y dolorosa, e incluso juega con ella prometiéndole que por medio de 365 botones (¿a qué te suena, Mabel?), le daría la libertad. A cambio, Pearl debía ofrecer su cuerpo voluntariamente. Un tipo copado y de lo más honesto. Romanticemos esto.

Sé que podría darles más, pero no encontré nada nuevo. Me hastió, recordé a otros libros. Hay historias con mujeres en la misma situación y las ves más astutas.

Respecto a su final, es abierto y, en mi caso, no me llevó a leer los otros cinco libros de la serie (tres son de Crow, y los otros tres de su hermano el sádico).

Gracias Botones y encaje por hacerme valorar otros libros.