The Donor, de Sandi Lynn

Lo único que siempre quise en la vida fue una familia propia. Soñé despierta con casarme con el hombre perfecto y formar una familia más de lo que vivía en la realidad. A la edad de 30 años y muchas relaciones fallidas, descubrí que tal vez el matrimonio y el marido perfecto no estaban escritos para mí. Mi reloj biológico estaba corriendo, así que decidí empezar una familia por mi cuenta como una mujer soltera viviendo en la ciudad de Nueva York. Después de encontrar el donante de esperma perfecto del Criobanco de Nueva York, puse mi plan en marcha. Lo único que me importaba en la vida era criar a mi hijo. Entonces, por algún acto del destino, conocí a un hombre brutalmente guapo. Un hombre al que no le importaba que ya estuviera embarazada. Un hombre que me embelesó y me conquistó. Era demasiado bueno para ser verdad, porque en lo que me concernía, los tipos como él no existían. Confié en él y me enamoré, hasta que descubrí la verdad sobre él y sus motivos.
Me llamo Harper Holland, y esta es mi historia.

Todo comenzó con una apuesta. Una apuesta entre mi mejor amigo y yo. Él ganó, yo perdí, y era hora de pagar. Me prometió que nada saldría de ello. Pero algo lo hizo. Era un rico y exitoso hombre de negocios que encabezaba la lista de los solteros más cotizados de Nueva York. Un hombre que era anti-relaciones en todos los sentidos. A mi abuelo no le gustó la forma en que vivía mi vida y me ofreció un ultimátum. Me dio un año para conocer a alguien y enamorarme o la compañía que por derecho era mía se iría a otro. Harper Holland era hermosa y sexy. Era la mujer perfecta para asegurarse de que mi abuelo me cediera su compañía. Después de todo, estaba embarazada de mi hijo, sólo que no sabía que yo era el padre. Una vez que obtuviera mi compañía, terminaría la "supuesta" relación. El problema era que nunca esperé que algo tan fácil se convirtiera en la decisión más difícil de mi vida.
Me llamo Grayson Rhodes, y esta es mi historia.

Título: The Donor
Publicación: 31 de enero del 2020
Autora: Sandi Lynn
Género: Romance contemporáneo
Editorial: autopublicado
Idioma: inglés

A veces en la vida de un lector se toman decisiones extremas para un efecto inmediato. Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas. Como si necesitáramos del horrible remedio para curar esa angustiosa enfermedad...
Y puedo seguir tirando frases clichés distorsionadas para ejemplificar el momento en el que tuve que tomar este libro para salir del bache literario.
Lo vengo publicando hasta en el diario: un libro me tiene encasillada en el 15% de su contenido y no puedo avanzar. No voy a ahondar en detalles... seguramente aparezcan en su respectiva reseña (o no), pero la información es importante para que entiendan la desesperación que me acechaba. He llegado al punto de creer que se me habían ido las ganas de leer. ¿A qué me refiero? Los protagonistas me gustaban, pero había cero onda con la trama, y comencé a pensar que tal vez... solo tal vez, el problema era yo. Y me enteré de la existencia de The Donor.

Conocía a Sandi Lynn de una trilogía que leí hace siete años atrás. Incluso en ese momento en el que me maravillaban todas las historias que leía y regalaba cinco estrellas como si lo merecieran, llegué a pensar que sus historias eran "un poquito clichés" y los personajes "un pelín exagerados". Hoy, te vas a enterar qué me generó esta trama llena de momentos trillados y situaciones que te dejan con la misma expresión grabada en tu cara por semanas.

¿Qué puedo decir que no esté dicho ya en la sinopsis ultra spoileante que acabamos de leer?
Harper es una diseñadora que tuvo una mala experiencia amorosa y siente que perdió la fe en el amor; como anhela ser madre pero no quiere perder tiempo, decide someterse a una inseminación artificial.
Hasta ahí vamos bárbaro.
Grayson es un idiota con plata que decide entrar en una apuesta con su amigo, en la que obviamente perdió. En consecuencia (y con una situación muy conveniente para la trama), debe entregar su esperma en el criobanco del que su amigo era jefe. La verdad no recuerdo de qué iba la apuesta, aunque si lo pienso bien, no importa qué hayan apostado, ¿quién con dos dedos de frente acepta semejante apuesta?
Pero de todos modos no importa, el protagonista imbécil acepta sin remedio y oh, casualidad de la vida literaria... llega a manos de Harper.
Y pim-pun-pan, queda embarazada.

Como si fuera a faltar en este tipo de tramas mega clichés del mundo literario, su abuelo le dice a Grayson que si no pone su vida en orden y no consigue una pareja estable, perdería la empresa por la que tanto trabajó. Imaginen la rodada de ojos infinita que di durante esa primera parte, porque tonta de mí, creí que como L.J. Shen, Sandi Lynn habría evolucionado en cuanto a escritura y le daría un toque original a su clichereada monumental.

Sin dar más vueltas, el inepto de Grayson fue capaz de buscar a Harper para engañarla y usarla en su plan. Y no solo eso, la autora (en pleno 2020) saca a relucir su peor versión dándonos un personaje machista y con aires de sociopata, que hace berrinches por cada comentario romántico de ella, ¡¡CUANDO ENAMORARLA FUE IDEA DE ÉL!! Como si enamorarla fuera una molestia. Y da rabia leer que extraña su vida promiscua (en el que había un polvazo y punto... sin preguntar siquiera el nombre de la fulana de turno) mientras está con Harper: LA MADRE DE SU FUTURO HIJO.

—Saldremos, se enamorará y cuando llegué el momento, le contaré la situación con mi abuelo. Ahora que la he ayudado, me lo debe.

También da bronca lo fácil que cae Harper y lo ingenua que es, poniéndose en contra de su mejor amiga cuando le advierte que no confía en las intenciones del idiota en cuestión.
Pero Harper no duda ni un segundo, ni siquiera cuando aparece de la nada y es sospechosamente gentil desde el vamos, ni cuando en ese mismo primer encuentro le ofrece un empleo bien remunerado y con horarios adaptables, ni cuando al quedarse sin un lugar de alquiler, él le ofrece un departamento carísimo que más tarde descubre que es de su propiedad. ¡¡Y la tipa se enoja CON LA PERSONA DE SU CONFIANZA!!
El amor es ciego, sordo y boludo.

Odiaba esa palabra "novia". Era suficiente para que mi piel se erizara. Pero no tenía elección. Tenía que hacerlo. Había demasiadas expectativas de las mujeres que tenían el título.

Como todo esto era un engaño y mi mamá siempre me dijo que las mentiras tienen patas cortas, en un momento determinado este chamuyo retorcido y perverso llega a su final, y sin salirse del molde que usan todas las autoras a las que no se les cae una idea original, Harper se entera de la verdad cuando Grayson al fin se enamora.

No voy a matarles el final... tampoco se pierden de un plot twist elaborado ni nada por el estilo. Si les pido que se lo imaginen seguramente acierten.
Molesta encontrar estas historias que tan mal paradas dejan a las mujeres, como si enamorarse de un tipo de esa calaña fuera lo más normal y romántico del universo.
Si me hubiera tocado una situación así, ya estaría dudando de que un tipo con su imagen me diera bola. ¿QUÉ DIGO? No se compara mi aspecto troll con la perfección de la protagonista. Grayson no era tan idiota 😒😒😒.

No tengo ganas de dar más vueltas, si tienen ganas de salir de un bache literario... ¡LEÁNLO! Es como esas pastillas de carbón grandes y con un sabor inmundo, difíciles de tragar y asquerosas de sentir en la lengua, pero los tomás igual porque es lo único que te va a cortar la diarrea (?).
Me fui al carajo... ¡¡perdón!! 🙈🙈🙈🙈🙈🙈🙈🙈